Musulmanes de Boko Haram asesinaron a otros 20 cristianos en Nigeria, mientras enterraban a las víctimas del último atentado terrorista.
Más de 20 cristianos nigerianos han sido asesinados el pasado viernes 6 de enero por musulmanes que gritaban “Alá es grande”. La matanza se produjo en Mubi, en el Estado de Adamawa, cuando se celebraban los funerales de tres cristianos que perdieron la vida en un ataque anterior, el jueves 5 de enero.
Se trata de los primeros atentados que sufre el Estado de Adamawa tras el inicio de la campaña de terror de Boko Haram el pasado año en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana.
Cuando los cristianos se encontraban reunidos en el Ayuntamiento de la localidad de Mubi, donde se celebraba el funeral por tres cristianos asesinados el pasado jueves, un número indeterminado de musulmanes, presumiblemente miembros de Boko Haram, asaltaron el lugar armados con rifles Kalashnikov, cuchillos y machetes, dando muerte a más de 20 de los asistentes al acto e hiriendo de gravedad a otros 15.
Los atacantes actuaron con inusitada brutalidad, sin hacer distinciones de edad ni sexo mientras masacraban a sus víctimas.
Los terroristas musulmanes de Boko Haram habían dado a los cristianos un plazo 3 días para que abandonaran el norte de Nigeria o se atuvieran a las consecuencias. Y al expirar el ultimátum el jueves 5 de enero, la amenaza se ha cumplido en diversos ataques, del que éste es el último que hay que lamentar.
UNA OLLA A PRESIÓN
Boko Haram, que significa “la educación occidental es pecado”, atentó en Navidad contra varios “objetivos” cristianos (protestantes y católicos) dejando un saldo de 49 víctimas mortales, siendo la mayor parte de ellos feligreses católicos que salían de una iglesia.
El grupo islámico, que en agosto de 2011 atacó una sede de Naciones Unidas en Abuja provocando la muerte a 25 personas, está creciendo en influencia, su actividad criminal es cada vez más mortífera y no acepta que de los nigerianos hayan elegido democráticamente a un cristiano como presidente del país.
Pero los islamistas de Boko Haram no están solos en sus sangrientos desvaríos, puesto que cuentan con la complicidad de soldados y mandos militares que les han prestado auxilio en sus depredaciones anticristianas, lo que hace presagiar una notable conflictividad institucional de previsibles consecuencias.
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