“El amor nunca deja de ser”.
(1 Corintios 13:8)
Lo primero que quiero compartir contigo el día de hoy es esta gran verdad: Dios me ama y te ama. Tantas estructuras y conceptos tenemos en nuestra mente, pensamos o se nos ha enseñado por tantos años que creemos que Dios nos amará más o nos amará menos de acuerdo a lo que hacemos o a como logremos impresionarlo. Pero el amor de Dios hacia nosotros es muy profundo y va más allá de lo que podamos o no hacer.
Ciertamente, a Dios le agrada nuestra obediencia, ama también la humildad, observa nuestras características y la manera en que nos conducimos. Pero su amor no se limita a lo que somos nosotros, su amor es y existe por quién es él. Su esencia pura es el amor. Amar es entrega incondicional y desmedida. Muchas veces cuando leemos, citamos y compartimos los primeros 8 versículos del libro de 1 Corintios 13, pensamos en el amor de pareja. Sin embargo, el amor más auténtico que Pablo describe y define a través de estos versículos, es el amor de Dios.
Es ese amor sufrido, benigno, que no tiene envidia, ni es jactancioso, ni se envanece. Un amor que no hace nada indebido, que no busca lo suyo, ni se irrita, ni guarda rencor. Esto describe un amor limpio y transparente como el de Jesús. Que sepulta nuestros pecados y no se acuerda de ellos. Que hace justicia y siempre espera por nosotros pacientemente. Su amor no se goza de la injusticia, pero sí se goza en la verdad. Dios todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta porque anhela tener amistad y comunión con nosotros. Desea que lo hagamos parte de su vida, porque nosotros somos parte de la de él. Estamos instalados en su corazón, pero él desea que le demos acceso al nuestro para hacernos felices.
Tal es el apasionamiento de Dios por ti y por mí que su amor nunca deja de ser. Muchos son los que dicen amarnos, pero a la hora de la verdad, ¿quiénes están apoyándonos cuando más lo necesitamos? ¿Quién permanece fiel cuando los demás se han ido? ¿Quién nos levanta cuando estamos caídos y nos da las fuerzas para continuar cuando nos sentimos polvo y ceniza? Solo Dios, porque solo él es capaz de comprender absolutamente todo de nosotros. Solo él es capaz de escudriñar nuestro interior y ver más allá de lo que otros pueden ver. Solo él enjuga nuestras lágrimas y nos llena de alegría.
Creo que es hora de que dejes de pelear pensando que no mereces que te amo. Entendamos que su amor es sublime, que su forma de amarnos no es humana. Que su amor va más allá de nuestros pensamientos, pero que es real y accesible a nosotros. Él sabe que somos imperfectos, que muchas veces fallamos y que nos equivocamos, pero aún así nos ama porque él es superior a todo. Solo acepta su amor, disfrútalo, gózalo en abundancia porque es un regalo gratuito y maravilloso.