Defensor de los derechos humanos, fue detenido, torturado, y no se sabía nada de él desde 2010.
Las autoridades chinas han permitido que Gao Zhisheng, un conocido abogado defensor de los Derechos Humanos que estaba encarcelado en un lugar secreto, recibiera una visita de su familia el pasado fin de semana, según ha informado su esposa este miércoles. Es la primera vez que lo ven desde hace casi dos años.
El abogado es cristiano, y ha sido varias veces candidato al Premio Nobel de la Paz .
El caso de Gao, criticado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha generado una gran tensión en las relaciones entre China y Estados Unidos . Washington ha tratado este asunto con Pekín y el Departamento de Estado ha pedido repetidamente al Gobierno chino que informase sobre su paradero y le liberase.
Geng He, esposa de Gao, ha declarado por teléfono a la agencia Reuters que su marido su reunió con su hermano mayor, Gao Zhiyi, y con el padre de ella el pasado sábado en una cárcel del condado de Shaya, en la región occidental de Xinjiang. Geng He, que vive en California (Estados Unidos) con sus hijos, ha indicado que su cuñado apreció que Gao Zhisheng estaba algo pálido aunque su estado físico era bueno.
Durante la visita, que estuvo supervisada y duró unos 30 minutos, Gao no tuvo la oportunidad de decir dónde ha estado retenido durante los últimos dos años ni de contar cómo le han tratado en prisión .
LA CONCIENCIA DE CHINA
Gao es conocido como la "conciencia de China" por su trabajo legal en defensa de los pobres, las minorías religiosas y las víctimas de violaciones de derechos humanos. Terminó en una cámara de tortura en algún lugar cerca de Beijing debido a su investigación sobre la tortura a practicantes de Falun Gong .
Gao había publicado en 2004 una carta abierta al Congreso Nacional Popular pidiendo al Estado que tratara a los practicantes en base a la ley. Continuó en 2005 con dos cartas abiertas dirigidas al jefe del Partido Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao pidiendo poner fin a la persecución.
Gao fue condenado a tres años de prisión en diciembre de 2006, pero fue luego liberado con cinco años de libertad condicional. Estando en libertad, Gao soportó constantes abusos y secuestros ocasionales. En septiembre de 2007, justo antes de ser de nuevo secuestrado y esta vez torturado, había escrito una carta abierta al Congreso de Estados Unidos pidiendo también el fin de la persecución a Falun Gong. En septiembre de 2007, sus torturadores lo culparon particularmente por haber escrito esa carta.
No se sabía nada de él desde marzo de 2010 y se temía que estuviera muerto, algo que ya ha ocurrido con otros prisioneros en China.