En un comunicado, Navi Pillay afirmó que los ataques sistemáticos que el grupo Boko Haram y otras organizaciones realizan por razones religiosas o étnicas contra civiles, se ajustarían a esa descripción.
Pillay instó a los líderes políticos y religiosos nigerianos a condenar esos actos y a esforzarse de manera concertada y audaz por detener esa violencia.
Añadió que ésta constituye una grave amenaza para la tolerancia religiosa que ha sido un pilar fundamental de la unidad en Nigeria y que se debe juzgar a cualquier persona que cometa o incite a esos actos.
Ruppert Colville es el portavoz de Pillay.
“Obviamente, las autoridades nigerianas deben actuar con mucha firmeza para lidiar con grupos como Boko Haram. Pero si las fuerzas de seguridad no respetan los derechos humanos en ese proceso, o hacen uso excesivo de la fuerza, podrían empeorar la situación”, dijo el portavoz.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos estima que durante los últimos tres años más de mil personas han muerto en Nigeria por actos de violencia sectaria.
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