En un esfuerzo por acallar una tormenta política, el presidente Barack Obama anunció el viernes una solución de compromiso que aseguró protegerá las libertades religiosas a la vez que permitirá a todas las mujeres tener acceso a una anticoncepción gratuita.
Después de semanas de controversia creciente, Obama dijo que los empleadores de organizaciones religiosas no tendrán que abonar por el control de natalidad para sus empleados. El gobierno en cambio exigirá que las compañías de seguros sean las responsables directas de suministrar la anticoncepción gratuitamente.
"La libertad religiosa será protegida y una ley que requiere una atención preventiva gratuita no discriminará contra las mujeres", afirmó Obama en la Casa Blanca.
"Comprendo que alguna gente en Washington desea tratar esto como una nueva cuña política. Pero no debería serlo. Por cierto yo nunca lo consideré así", dijo el presidente. "Esta es una cuestión que gente de buena voluntad en ambos lados del debate ha puesto en orden en medio de muchas cuestiones complicadas".
El brusco giro del presidente es un intento por satisfacer a ambos bandos en un debate profundamente delicado y, con mayor urgencia, poner fin a una pesadilla para la Casa Blanca en un año electoral.
Al mantener la anticoncepción gratuita para las empleadas de los lugares religiosos, aunque suministrando un medio distinto para hacerlo, la Casa Blanca no cede en el principio básico de la atención preventiva completa que es esencial para Obama.
Aunque el gobierno se había asignado originalmente más de un año para elaborar los detalles del nuevo requisito de cobertura para los empleadores religiosos, el presidente reconoció que la situación se había tornado insostenible y exigía una solución expeditiva.
Los republicanos en el Congreso y los aspirantes a la candidatura presidencial republicana atacaban implacablemente a Obama por esta cuestión, y aun algunos demócratas y grupos liberales aliados con la Iglesia católica estaban desertando.
"Después de las numerosas preocupaciones legítimas que se habían planteado en las últimas semanas, como también el deseo más cínico por parte de algunos de convertir esto en un fútbol político", dijo Obama, "se hizo evidente que pasar meses machacando para conseguir una solución no era una alternativa. Debíamos actuar más rápidamente". Agregó que encomendó la semana pasada al Departamento de Salud y Servicios Humanos acelerar el proceso de cuestión de meses a cuestión de días.
Las mujeres seguirán teniendo acceso garantizado al control de natalidad sin copagos ni primas dondequiera que trabajen, una disposición de la ley de seguro de salud de Obama en que insistió en retener. Pero las universidades y hospitales religiosos que consideren la anticoncepción como una violación de su fe pueden negarse a cubrirla y las compañías de seguros tendrán que hacerlo.
El líder de una organización católica y un prominente grupo de mujeres manifestaron inicialmente su apoyo a los cambios.
Los cambios "han respondido a las cuestiones que consideramos necesitaban ajustarse", dijo en una declaración la hermana Carol Keehan, presidenta de la Asociación Católica de Salud, un grupo que representa a hospitales católicos.
Planned Parenthood también respaldó las revisiones aduciendo que el gobierno de Obama seguía comprometido a garantizar que todas las mujeres estuviesen cubiertas. "Creemos que el mecanismo de cumplimiento no compromete la capacidad de una mujer de acceder a estos beneficios críticos de control de natalidad", afirmó Cecile Richards, la presidenta del grupo.
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