miércoles, 4 de abril de 2012

“Envejecer es obligatorio, crecer es opcional"

“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos”, Ecl. 9:10 y 11


El primer día de clase nuestro profesor nos desafió a que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía. Me quedé de pie para mirar alrededor cuando una mano suave tocó mi hombro. Miré para atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser. “Hey, mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad… “¿Por qué está Ud. en la facultad en tan tierna e inocente edad?”, pregunté.
“Siempre soñé con tener estudios universitarios, ¡y ahora estoy haciéndolo!”.
Todos los días en los siguientes tres meses teníamos clase juntos y hablábamos sin parar. Yo quedaba siempre extasiado oyendo aquella “máquina del tiempo” compartir su experiencia y sabiduría conmigo.
Durante un año, Rosa se volvió un icono en el campus universitario y hacía amigos fácilmente dondequiera que iba. Estaba disfrutando la vida… Al fin del semestre invitamos a Rosa a hablar en nuestro banquete de fútbol. Cuando comenzó a leer su charla preparada, dejó caer tres de las cinco hojas al suelo. Frustrada y un poco avergonzada, tomó el micrófono y dijo simplemente: – “Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjenme hablar a Uds. sobre aquello que sé”. Mientras reíamos, ella despejó su garganta y comenzó:
- “No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar”. Existen solamente cuatro secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito: Se necesita reír y encontrar humor en cada día. Se necesita tener un sueño, pues cuando se pierden, uno muere… ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera sospechan! Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer… Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento ni habilidad… La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad.
Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen “remordimientos”…
Al fin de ese año, Rosa terminó el último año de la facultad. Una semana después de recibirse, Rosa murió tranquilamente durante el sueño. Más de dos mil alumnos de la facultad fueron a su funeral en tributo a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que “nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que uno puede probablemente ser”.

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