Miles de cristianos se congregaron recientemente
en la Plaza de Independencia en Filadelfia para orar por el futuro de su
país. Faltando pocas semanas para las elecciones presidenciales, muchos
estadounidenses sienten que jamás ha habido un momento tan crítico para
clamar a Dios.
El sonido de oración y de adoración penetró los
cielos de Filadelfia. En el mismo lugar donde nació esta nación, miles
de cristianos buscaron el perdón de Dios y un regreso a los fundamentos
bíblicos.
"Somos suficientes para cambiar esta nación. ¡Lo
podemos hacer hoy!”, asegura el Dr Bill Hamon, de Christian
International Ministries.
Muchos creen que estos son días críticos para Estados Unidos y que la oración hará la diferencia.
“Espero que haya un avivamiento espiritual. Un
barco enorme no puede girar al instante, cuando empieza a girar, no lo
sientes al momento, pero de pronto te das cuenta. Estamos cambiando de
dirección”, comenta la pastora Anne Gimenez, presidenta de América para
Jesús.
Pat Robertson, de CBN, dijo que Estados Unidos es
el país más grande del mundo, pero que necesitamos unidad para seguir
fuertes.
"Jesús dijo que una casa dividida contra sí no
puede permanecer, y un reino dividido contra sí no puede perdurar.
Tenemos que juntarnos como un pueblo, una nación bajo Dios", comenta Dr.
Pat Robertson, fundador de CBN.
Jonathan Cahn, autor del libro "The Harbinger"
("El Presagio"), comenta que “la esperanza de Estados Unidos no es un
presidente, ni una economía, ni la fuerza militar. Nuestra esperanza
está en Yeshúa, Jesús, el Mesías cuyo nombre es salvación".
Por su parte Sid Roth, un judío mesiánico, animó a
seguir apoyando a Israel. Y aseguró que la palabra de Abdías 1:15 se
cumplirá en los Estados Unidos.
Decenas de líderes oraron para que el país
norteamericano sea liberado de los siete pecados mortales, orgullo,
avaricia, lujuria, envidia, glotonería, ira y pereza.
“En toda la nación, Señor, del norte, el sur, este y
oeste, Dios, que tu pueblo sea fuerte en esta hora, y que no seamos
perezosos, que no escondamos nuestras cabezas en la arena”, oró Deinse
Passeron, de Nueva York.
“Señalaremos este día en la historia de la
Iglesia, (como el día) que la nación comenzó a volver a Dios”, comentó
Anne Gimenez.
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