miércoles, 18 de enero de 2012

Más de 2.000 cristianos sufrieron persecución por su fe en el 2011 en la India

El CSF, una organización ecuménica fundada por católicos indios, apoyados por Cardenal Oswald Gracias, Arzobispo de Bombay, resalta que la violencia anticristiana de los radicales hindúes se define como "un virus que infecta a la sociedad".


Bombay.- Un reciente informe del Foro Católico Secular (CSF), asegura que 2.141 cristianos sufrieron persecución religiosa en el 2011, según publica la agencia Fides, la cual destaca que dichos ataques, agresiones y persecuciones fueron personales, por lo que no se incluyó a las familias, parientes, amigos y víctimas indirectas, que también fueron afectas por la persecución religiosa.
Fides, destacó que se espera que la persecución aumente este año 2012 debido a los grupos extremistas hindúes.El CSF, una organización ecuménica fundada por católicos indios, apoyados por Cardenal Oswald Gracias, Arzobispo de Bombay, resalta que la violencia anticristiana de los radicales hindúes se define como “un virus que infecta a la sociedad”.
La persecución contra los cristianos en la India es crítica porque “se ha generalizado, y cubre casi todos los estados en el país”.

Un mínimo de 1.000 familias cristianas se han visto afectados por estos ataques: el informe denuncia “una campaña deliberada” contra los blancos fáciles. El texto destaca 250 de los crímenes más graves y plantea importantes cuestiones sobre la libertad de la fe, el abuso de los derechos humanos y derechos constitucionales.

El CSF, enfatizó que dichas persecuciones han sido denunciadas en los medios de comunicación, pero los que no están registrados podría triplicarse los casos de persecuciones religiosas.

El informe califica como “estado canalla”, al primer lugar de las persecuciones, a Karnataka, gran estado del sur de la India. En en 2011 hubo más de 1.000 ataques contra los cristianos, “un promedio de 3.5 ataques por día”. Otros estados mencionados son Orissa, Gujarat, Madhya Pradesh, Chhattisgarh.

Las principales víctimas son niños y mujeres. Los niños, “observadores desarmados de los crímenes”, sufren efectos tales como la privación de la educación básica, la desnutrición, la vida en los campamentos de refugiados, el miedo y la inseguridad económica, el abuso y el trabajo infantil. También las mujeres más vulnerables: las monjas, hermanas, esposas o hijas de los pastores o líderes de la comunidad están en la mira de las violaciones sexuales y acoso sexual.

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