El templo está concebido como una estructura de más de 45 metros de altura, entre bancos internacionales y torres medievales en la City, el centro financiero de Londres, que evocará los más de 300 millones de años de vida en la Tierra.
Basados en la idea de magnificencia de las catedrales, los diseñadores del edificio decidieron que cada centímetro del interior de una torre cónica represente un millón de años y una estrecha banda de oro, de no más de un milímetro, ilustre la relativamente pequeña presencia del hombre en el planeta.
En el exterior se inscribe un código binario que indica la secuencia del genoma humano y las paredes incorporan fósiles y elementos de interés geológico.
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