viernes, 25 de mayo de 2012

El fantasma de un crimen sexual recorre el Vaticano

El padre Amorth vincula la desaparición de una joven en 1983 a orgías organizadas con ayuda de un gendarme de la Santa Sede

Los activistas exigen saber la verdad sobre la desaparición de Emanuela Orlandi.

 


Hija de un empleado del Vaticano, Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983 cuando se dirigía a la escuela de música de San Apolinar, en el centro de Roma, y fue obligada a participar en las orgías, cuenta el sacerdote. 

Se trata de un crimen perpetrado con motivos sexuales. Las fiestas fueron organizadas  para el personal diplomático de una embajada extranjera en  la Santa Sede con ayuda de un gendarme vaticano que actuaba como 'reclutador' de las chicas, asegura Amorth, de 85 años, a 'La Stampa'.  

Asimismo, asegura que el archivista monseñor  Simeone Duca, "que fue invitado a reclutar chicas para las fiestas con la ayuda de los gendarmes del Vaticano", también confirmó que  la niña fue secuestrada con ese fin.

Se llevó la verdad a la tumba 

En 2005, cuando el caso de Emanuela Orlandi ya engrosaba los archivos que contienen tantos otros casos sin resolver, un hecho desconcertante salió a la luz en un programa televisivo que busca a personas desaparecidas.

Aquel día una mujer anónima, a la que la prensa identificó como Sabrina Minardi, dijo que fue el mafioso Enrico De Pedis, jefe de la banda de la Magliana, -asesinado en un ajuste de cuentas en 1990 y enterrado en la iglesia de San Apolinar de Roma- quien secuestró a Orlandi y que si se quería solucionar el caso bastaba con abrir la tumba y ver quién estaba enterrado.

El caso Orlandi fue relacionado -aunque nunca se probó- con el atentado perpetrado contra el papa Juan Pablo II en 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano a manos del terrorista turco Ali Agca, y con él se ha relacionado en numerosas ocasiones a la banda mafiosa de la Magliana, de Roma.

Solo este año la tumba  fue abierta por orden de la Fiscalía romana. Según la abogada de la familia Orlandi, Nicoletta Piergentili, el cadáver de De Pedis se encontraba en un ataúd colocado dentro de otro y éste a su vez metido en otro más, al igual que son enterrados los Papas dentro de tres féretros. La policía científica, según las fuentes, tomó restos del cadáver, así como de la tumba, que serán analizados.

¿Cómo es posible que un criminal estuviera sepultado en una basílica? ¿Qué relación había entre él y el caso Orlandi? Esas fueron algunas de las preguntas que se hicieron las autoridades y toda Italia después del hallazgo.

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