Más de 120 niñas escolares y tres profesores fueron envenenadas en Afganistán en un segundo ataque de este tipo atribuido por la policía local a fundamentalistas radicales.
El hecho se produjo en la provincia de Takhar, donde los islamistas radicales se oponen que se les imparta enseñanza a mujeres y niñas. Esta vez, tal “oposición” ha tenido la forma polvo, todavía no identificado, disperso en las aulas de la escuela. Varias niñas perdieron el conocimiento.
El servicio de inteligencia afgano afirma que el movimiento Talibán intenta hacer cerrar las escuelas antes de 2014, año en que está prevista la retirada del país de tropas extranjeras.
"Parte de Al Faruk, la ofensiva primaveral suya, consiste en cerrar las escuelas. Envenenando a chicas, ellos pretenden infundir un susto. Tratan de hacer que las familias no manden sus hijos a las escuelas”, dijo un portavoz de la inteligencia afgana.
El Ministerio de Educación de Afganistán informó esta semana que se cerraron 550 escuelas en 11 provincias donde los talibanes gozan de un fuerte respaldo. El mes pasado, 150 alumnas fueron envenenadas en la provincia Takhar al beber agua contaminada.
Desde 2001, año en que el movimiento Talibán fue derrocado con ayuda de tropas estadounidenses, las alumnas han podido reiniciar los estudios y regresar a sus trabajos, sobre todo en la capital, Kabul.
Sin embargo, los insurgentes periódicamente lanzan ataques a alumnos, profesores y edificios de las escuelas, sobre todo en las conservadoras provincias sureñas y orientales del país, de las cuales se nutre el Talibán.
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