lunes, 19 de noviembre de 2012

Ministerio de taxistas transforma vidas en Uruguay


Un grupo de taxistas en Uruguay aprovecha cada servicio que brindan parar hablarle a otros el evangelio de Cristo.


El Ministerio de Taxistas Cristianos de Montevideo, capital del país, nació la madrugada del 18 de mayo de 1992, con tres taxistas reunidos en una esquina. Hoy realizan sus reuniones diarias en uno de los parques más importantes de la ciudad: El Parque de los Aliados.

“El propósito de reunirnos es orar, leer la Palabra, dar testimonio de las experiencias que vamos viviendo en la jornada. Los taxistas de la noche a la una de la madrugada, y los que trabajamos en el día a las 6 de la mañana, de lunes a viernes”, comenta Juan Rotela.

De esta forma los taxistas se reúnen para buscar la guía de Dios y así poder conocer la estrategia del día para ganar almas. Desde un comentario sobre el clima, un problema en el trabajo, hasta una enfermedad terminal, todo se convierte en la escusa perfecta para entablar una conversación y así hablar del amor de Dios.

Como parte de sus anécdotas un taxista llamado Santiago, comenta que “hace un tiempo atrás se subió un muchacho ejecutivo, con miles de problemas que le habían pasado, exportaciones que no le habían salido, cheques que le habían fallado, y dice: ¡hoy me quiero matar!, y yo le digo: dale gracias a Dios, que hoy pudiste levantarte y hacer todo eso que te falló, el lunes cuando te levantes y trabajes, vas a ver que las cosas te van a salir mejor” y dijo: “te agradezco, porque la verdad que hoy fue lo mejor que me pasó en el día”.

Muchas de las personas que toman uno de estos taxis ignoran que en el recorrido van a encontrar la mejor noticia para sus vidas. Luego de haber entregado su corazón a Jesús, se bajan llorando al haber experimentado el nuevo nacimiento en el lugar menos pensado.

“A veces uno sube a una persona y algo te dice: háblale, y gente que ha sido despedida del trabajo, y tienes que edificarle, te lloran en el auto, gente que va de un sanatorio y tiene un familiar internado, y le orás antes de entrar”, relata Cristian Bennet.

Este ministerio ha trascendido los límites del volante. En una de sus actividades de intercesión por el país, dieron siete vueltas alrededor del Palacio de las leyes, durante una semana, marcando así el comienzo de algo más. Lograron entrar en el terreno de la radio con un programa de 15 minutos y esto fue creciendo hasta llegar a tener en la actualidad 5 horas de programación semanal, en las que trabajan los taxistas de la noche y los del día. En uno de estos programas recibieron la llamada de un joven que había preparado todo para quitarse la vida.

“Oramos, le entregamos su vida a Cristo, y hoy ese hombre es un siervo de Dios, un pastor de una congregación”, explica Rotela.

Estos taxistas hacen parte de un ejército que ronda las calles de Montevideo. Para ellos la inseguridad, o el peligro de un asalto no ocupa su mente. Saben que Dios guarda sus vidas y concentran sus fuerzas en trasladar al pasajero a un viaje inesperado: un encuentro personal con Jesús.

Para muchos de ellos el taxi dejó de ser un mero sustento económico para convertirse, como ellos mismos dicen, en su púlpito andante.

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