Los tiempos actuales son tiempo de reflexión, sobre todo, cuando se perciben muchas señales de la profecía bíblica que está escrita en el Evangelio de San Mateo y habla del comienzo de los sufrimientos.
Rev. Rodolfo González Cruz, Tesorero Internacional del M. M. M.Y estando Él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acerca-ron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:3-14). Días antes que Jesucristo fuera crucificado, reunido con sus discípulos les habló que Él se iba a la casa del Padre, pero les dijo: vendré otra vez (Juan 14:3). Y vendría a buscar un pueblo que es Su Iglesia, ese pueblo no es una religión, no es un edificio; la Iglesia de Cristo es un pueblo compuesto de hombres y mujeres de todas las razas, de todos los idiomas,ricos y pobres, analfabetos y científicos que viven apartados del mal. La Iglesia está conformada de hombres y mujeres que no solo creen en Cristo, sino que guardan la Palabra de Dios. Jesús dijo: El que me ama, mi Palabra guardará (Juan 14:23), si alguno dice que me ama y no guarda mi Palabra el tal es mentiroso, y los mentirosos no entrarán al Reino de los Cielos (1 Juan 2:4-5).
Mucha gente dice ser cristiana, pero hacen las obras del maligno: hablan malas palabras, se emborrachan, golpean a la esposa, maltratan a sus hijos; viven en escándalos y violencia producto de las drogas, del alcohol, del adulterio; pero para esto vino Cristo para destruir las obras del maligno. Una de las obras del diablo es destruir los hogares. En el hogar debe haber un ambiente de paz, de felicidad; donde el hombre, la mujer y los hijos puedan crecer felices.
La Biblia dice que el mundo irá de mal en peor y no tiene que ser sabio, no tiene que ser un entendido para darse cuenta que la situación del mundo cada día empeora en todos los aspectos. Dios quiere que nos vaya bien siempre, pero el pecado estorba la bendición. También observamos en este pasaje que los discípulos se acercaron a Jesús preguntando: “¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin de los tiempos?” Más adelante el Señor les dice que el día ni la hora nadie lo sabe, pero habrá señales antes de su venida y cuando vean estas cosas sabrán que está cercano, que ya está a la puerta, y deben estar preparados. El Señor también les alerta que se cuiden de no ser engañados porque habrá muchas religiones, muchos predicadores, hechiceros, espiritistas, y mucha gente que manifestará tener poder de Dios. Jesús dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:21-23).
Jesús les dijo a sus discípulos: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo La Biblia dice que el mundo irá de mal en peor y no tiene que ser sabio, no tiene que ser un entendido para darse cuenta que la situación del mundo cada día empeora en todos los aspectos. 24:4-8).
Esto es principio de dolores, y estos sufrimientos vinieron no tan solo al Japón, sino a Chile y ha venido a muchos países por causa del pecado del hombre. Muchos no quieren creerlo, pero la gran verdad es que el pecado es el que trae dolor, trae sufrimiento a los hogares, a la familia. Si esto es principio de dolores, entonces cómo será lo que viene. Desde los años 70 han sucedido más terremotos que en los siglos pasados, y cada año se han ido dando tremendos terremotos que han costado la vida de muchas personas; pero en esta última década los terremotos no son de 5 ni de 6 grados, son de 7 a 9 grados.
En Centroamérica desde Panamá hasta México hay una sucesión de volcanes que cuando erupcionen causarán daños irreparables. Es posible que el Océano Pacifico y el Océano Atlántico se unan, y vendrá el cumplimiento de lo que dice el libro de Apocalipsis que las Islas van a desaparecer, con esto de los Tsunamis las aguas del mar han pasado por encima de las islas.
En el 2004, un terrible tsunami, tras un terremoto de 8.9 grados Richter con epicentro frente a la isla de Sumatra, el impacto mató a 226,408 personas en 12 países ribereños del Océano Índico allí los edificios fueron barridos, la destrucción fue tremenda, nunca antes se vio una cosa así. Recuerdo que en Cuba, años atrás, vino un maremoto donde el mar se desbordó en la tierra, muchos muertos, familias desaparecidas, niños desaparecidos, fue espantoso; pero fue pequeño comparado con el Tsunami del Océano Índico y comparado ahora con el Tsunami del Japón; la situación se está poniendo peor cada día.
En el Perú hay muchos volcanes, en la ciudad de Arequipa se encuentra el volcán Misti cercano a otros como es el de Chachani. Llegará el día y la hora en que van erupcionar y será terrible para esa ciudad, porque viene la hora en que esos volcanes van a erupcionar y todo esto será principio de dolores. “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas”, Lucas 21:25.
Sabe usted cómo bramaron las olas del mar en Japón, cómo las olas subieron en forma espantosa y terrible, cómo las casas eran barridas por las olas, cómo los barcos fueron impulsados contra los puentes y se metieron un montón de kilómetros tierra adentro, el rugido del mar fue terrible, pero eso no está solo allí, eso va seguir sucediendo, solamente unos años atrás se dieron esos desastres. Y en el Evangelio de Mateo 24:13 leemos: “Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo”. El que perseverare fiel creyendo en Jesucristo y obedeciendo Su Palabra éste será salvo. Vivimos en medio de un mundo convulsionado, un mundo pervertido y corrompido, donde el adulterio reina, donde el divorcio es a cada hora; donde los hombres y las mujeres quieren tener sexo sin casarse, pero cuando la mujer queda embarazada no quieren tener el bebé y entonces lo matan. ¿Saben cuántos millones de abortos hay en el mundo?
El aborto es el crimen más terrible de los seres más inocentes que existen, la Biblia dice que Dios aborrece las manos derramadoras de sangre inocente (Proverbios 6:17), pero la gente ha perdido la sensibilidad, se complacen en tener sexo y son peor que los animales. Dice la Biblia que por la maldad de los hombres, estos cometerán actos vergonzosos, haciendo cosas que no convienen (Romanos 1:21-32). “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” (Romanos 1:26-27).
Siempre Dios aborreció esta práctica, en el tiempo de la Ley se estableció la pena de muerte para los que cometían pecados horrendos, abominables como que un padre tuviera sexo con su hija, o violando a su hijito, todo eso era condenado a pena de muerte y creo que Dios lo aprobó, porque de esta manera se detuvo esos actos tan abominables. La situación se ha puesto mal, pero cada día va a ser peor todavía. Cuando esta Obra llegó al Perú en 1981 la población evangélica no llegaba al uno por ciento, pero Dios comenzó a abrir puertas de: emisoras de radio, de canales de televisión; sin dinero de Estados Unidos, ni de Europa, sino por la gracia de Dios, y para que estos medios sirvan para predicar el Evangelio, para que se cumpla la Palabra de Cristo que dice: “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
En el Perú ya no somos el 1 por ciento, estamos en el 20 por ciento, el pueblo cristiano evangélico no solo en Perú, sino en el mundo entero ha crecido, porque en este momento el mensaje de Dios está llegando a los cinco continentes del globo terráqueo a través del internet, a través de seis satélites, a través de la radio, porque Dios quiere que todos escuchen el Evangelio, no importa lo perdido que estés, no importa en qué pecados te encuentres. Jesucristo dijo: yo no vine a buscar gente buena, porque no hay ninguno bueno; yo no vine a buscar justos, porque no hay ninguno justo; yo vine a buscar a pecadores, no importa cuán profundo hayas caído, Cristo vino para sacarte del pozo cenagoso; Cristo vino a libertarte, la religión no puede, las religiones no cambian, pero Jesucristo sí cambia, Él sí puede.
Cuando el Evangelio llega a una nación y esta oye atentamente la Palabra de Dios empiezan a orar a Dios con todo su corazón, eso le agrada a Dios. Jesús dijo que cuando necesites algo le pidamos al Padre en su nombre y Él lo hará (Juan 14:13-14). Hay que aprender a orar, hay que aprender a acercarse a Dios, hay que aprender a orar para que tu oración llegue, el apóstol Santiago dijo: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).
Pedid a Dios lo que es justo, lo que es bueno, para ti, para tu familia, para el pueblo, para tus vecinos; pide bien pero no pidas mal, porque si pides mal Dios no te va a responder, pide con amor, pide con compasión y Dios responderá, Dios contestará tu oración.
Amados, esto es lo que quiere Dios que sepamos que su brazo no se ha cortado, Él vino para salvar las almas, para libertar las vidas, para dar paz a los hogares, para libertar del alcohol y de las drogas y de todos los vicios que corrompen a la familia humana. Amado lector, para tener un encuentro con Dios no tienes que pagar, Jesucristo pagó el precio muriendo en la cruz del calvario. Lo único que tienes que hacer donde sea que estés es confesarle a Dios que eres pecador, y Él perdonará tus pecados, y sanará tu alma. Amén
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