Pide un sector de los conservadores a Gauck que regularice su situación, ya que convive con una
mujer que no es su esposa, de la que se separó en 1991.
El pastor evangélico Joachim Gauck fue el candidato a la presidencia de Alemana que por sus méritos civiles logró poner de acuerdo a gobierno y oposición; pero a pocas semanas de asumir su cargo un grupo del partido de los conservadores pide que “arregle” su vida privada.SEPARACIÓN SIN DIVORCIO
Gauck, de 72 años, tiene desde hace doce años una relación estable y conocida con la periodista Daniela Schadt, de 52 años, que debería convertirse en primera dama el próximo 18 de marzo y trasladarse con él al castillo berlinés de Bellevue.
Aún así Gauck nunca se divorció formalmente de su primera mujer Hansi Gauck, de 71 años, con quien tuvo cuatro hijos, a pesar de que vivan separados desde 1991.
Siendo el presidente el más alto cargo del estado en Alemania, hay quienes consideran que Gauck debería separarse de prisa y casarse con Schadt antes de mudarse a la residencia presidencial. Es este el caso del experto en políticas familiares de los socialcristianos bavaros (CSU), Norbert Geis, quien en una entrevista con el diario Passauer Neue Presse dijo que “sería en el interés del señor Gauck ordenar cuánto antes su situación, para evitar posibles ataques”.
Pero tampoco todos los conservadores fueron unánimes en sus consejos a Gauck . Alexander Dobrindt, secretario general de la CSU, dijo que “si alguien está casado y con quien, es esta una decisión totalmente privada”, y añadió, “no damos consejos a nadie”.
También el mismo ministro de Exterior Guido Westerwelle dijo que “el debate acerca de la vida privada de Gauck es una falta de estilo”, criticando el exponente de los liberales.
Por su parte, Gauck prefirió no alimentar el debate y dijo simplemente que no excluye un matrimonio con Schadt en el futuro ya que, según dijo, no es “enemigo de las formas de vida burguesas”.
LA MORAL EN ALEMANIA
El debate de la vida privada no es común en Alemania, un país extremamente tolerante por lo que tiene que ver con la vida íntima de sus políticos y donde el ministro de Exterior, Guido Westerwelle, es homosexual y comparte su vida con un compañero con el que se casó.
Aún así el debate sobre Gauck no paró de crecer a lo largo de esta semana pasada en Alemania, tanto que hasta la ex mujer de Gauck, Hansi, intervino en la discusión y se dijo contraria a divorciarse ahora por simples cuestiones de fachada. “Hasta ahora no hemos hablado del tema”, dijo en declaraciones a medios alemanes, “pero ¿Por qué es importante ahora?” se preguntó, tras recordar justamente el caso de Westerwelle.
ALEMANIA Y SUS ESCÁNDALOS PRESIDENCIALES
El esfuerzo de buscar un presidente que no se exponga a críticas tiene fundamento en Alemania, después de que los últimos dos mandatarios tuvieron que abandonar su cargo antes de finalizar el mandato por sendos “escándalos”.
Mientras Horst Köhler (CDU) tuvo que renunciar en 2010 por asociar públicamente la guerra en Afganistán con los intereses económicos del país, Christian Wulff, dimitió la semana pasada por estar implicado en un caso de corrupción.
La imagen de la presidencia está dañada y es necesario devolver confianza y respeto a esta posición frente a toda la población. Precisamente en este marco se puede interpretar el debate.
Por esta razón también el vicepresidente del Parlamento Wolfgang Thierse, tras decir que respeta la vida privada de Gauck, quien nunca ocultó la situación, le aconsejó, con ironía, casarse con su actual mujer. “Presumo que ame a su mujer. Y entonces, desde este punto de vista, soy también algo conservador: la mujer con quien vivo y con quien también me gustaría seguir viviendo, debería entonces ser mi esposa”, dijo Thierse.
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