Chiapas es el lugar más evangelizado de México y las iglesias siguen aumentando a pesar de la persecución.
Hoy en día los indígenas cristianos son atacados por sus propios hermanos, pero sus principales opresores son los caciques, dueños absolutos de los poblados, esto ya que la Constitución del país pierde autoridad ante las leyes y costumbres de cada región.
Para Carolina Farfán, antropóloga del Centro de Investigación Social del Sureste, el fenómeno es muy complejo sobre todo por la falta de voluntad política del Estado, y las diferentes causas de expulsión que se presentan en diferentes sectores.
En San Cristóbal, capital Cultural del Estado, el gobierno atiende los casos de intolerancia religiosa, brindando ayuda a las personas afectadas, proveyéndoles de techo y alimento, mientras transcurre el proceso legal para retornarlos a sus tierras.
Pero para muchos este tipo de apoyo no resuelve el constante crecimiento del problema, pues la constitución Mexicana dice que”todo ciudadano es libre de creer en la religión que desee”, pero el gobierno está permitiendo que esta libertad sea violentada.
La falta de unión de la iglesia cristiana agrava el problema
Para los protagonistas de este conflicto, se podrían obtener mayores resultados si la Iglesia de Cristo estuviera más unida, pues actualmente hay muchos templos evangélicos con pluralidad de proyectos e intereses, pero no están organizados como una sola iglesia lo que no permite luchar por un verdadero cambio.
Pues a pesar de la difusión en redes sociales, periódicos, así como la conciencia que existe en las regiones indígenas sobre estos casos, la mayoría de las iglesias mexicanas no comprenden la magnitud del conflicto por lo que no saben como aportar soluciones.
“Las grandes ciudades gozan de muchos privilegios, se las pasan haciendo cruzadas, campañas, fiestas, conciertos; pero el problema está en los pueblos, en las comunidades y en los parajes, pero a pesar de esto son pocas las ocasiones en las que un pastor o alguien se pronuncia al respecto”, comentó el Pastor Esdras Alonso.
Y aunque habido derramamiento de sangre y una proliferación de viudas y huérfanos, la semilla del evangelio se sigue regando con la sangre de los mártires.
Una guerra que continúa ganando victorias a favor del pueblo de Dios
El caso más conocido de intolerancia religiosa, es el de San Juan de Chamula que desde la década de los 60 a los 90, expulsó a más de 40 mil cristianos evangélicos. Pero a pesar de eso actualmente hay más de 120 templos en la zona.
“Aunque en épocas pasadas se desató una gran violencia, hoy en día los lugares donde hubo mayor persecución es donde el evangelio y el número de cristianos más a crecido”, explicó Abdías Tobía, coordinador de Asuntos Religiosos.
Un caso vigente de intolerancia es el que sucede en la región de Los Llanos, donde ya varios pastores Tzotziles y sus familias han sido expulsados desde Enero del 2010.
El pastor Lucio, quien encabeza al grupo está amenazado de muerte, pero él y toda su comunidad desean regresar “le pedimos a Dios que esto se solucione y así poder ir a predicar el evangelio a todas las regiones”, agregó.
Este tipo de casos han atraído el interés de organizaciones internacionales como La Voz de los Mártires, quienes por más de 50 años han representado los intereses de los cristianos perseguidos.
Linda Picard directora en México apoya a este y otros grupos de expulsados, por medio de víveres, ropa, material educativo para los niños que han perdido su año lectivo, pero principalmente consideran que es importante seguir compartiendo estas necesidades no solo con las iglesias de Chiapas, si no en el extranjero.
0 comentarios:
Publicar un comentario