jueves, 23 de febrero de 2012

¿Qué dice la Biblia acerca de la Trinidad?

¿Qué dice la Biblia acerca de la Trinidad?

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” 2 Co 13:14.
La Trinidad es uno de los grandes misterios teológicos. Algunos piensan que como somos monoteístas y creemos en un solo Dios, no podemos aceptar el concepto de la Trinidad. Pero la Biblia enseña que la divinidad consiste en tres personas —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—, cada una de ellas plenamente Dios y manifestación plena de la naturaleza divina (Lucas 3:21, 22).
 
El Padre es la persona central de la Trinidad, el Creador, la causa primera, la idea original, el concepto de todo lo que ha sido y será creado. Jesús dijo: «Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo» (Juan 5:17).
 
El Hijo es el «Logos» o expresión de Dios —el «Unigénito» del Padre— Él mismo es Dios. Aun más, como Dios encarnado nos revela al Padre (Juan 14:9). El Hijo de Dios es tanto el agente de la creación como el único Redentor de la humanidad.
 
El Espíritu Santo, la tercera Persona de la Trinidad, procede del Padre y es adorado y glorificado junto al Padre y el Hijo. Inspiró las Escrituras, derrama su poder sobre el pueblo de Dios, y «convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio» (Juan 16:8).
 
Las tres Personas de la Deidad son eternas. El Padre existe y ha existido desde la eternidad. Junto a Él siempre existió su expresión, el Hijo. Siempre el Padre amó al Hijo y el Hijo amó y sirvió al Padre. En esta relación de amor está el Espíritu de Dios, quien ha existido desde la eternidad. No es que el Padre existiera primero, el Hijo después y por último el Espíritu. Los tres han sido desde siempre, antes que nada existiese; tres Personas distintas en un solo Dios. En la ocasión del bautismo de Jesús, las tres personas de la Trinidad estaban presentes y actuantes. El Padre habló desde el cielo, el Hijo cumplía toda justicia, y el Espíritu descendió sobre el Hijo como una paloma (Mateo 3:16, 17).
 
La Trinidad es un misterio que un día podrá ser comprendido con claridad. Por ahora, sabemos que la Biblia habla de ella y Jesús la revela; la Iglesia cristiana desde el principio ha confesado y salvaguardado esta preciosa verdad (1 Corintios 12:4–6; 2 Corintios 13:14; Efesios 4:4–6; 2 Tesalonicenses 2:13, 14).

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