miércoles, 21 de diciembre de 2011

canción “Al mundo paz, nació Jesús”

“Al mundo paz, nació Jesús”

“Al mundo paz, nació Jesús”
Isaac Watts lo escribió basado en el texto de la segunda parte del Salmo 98, que celebra la llegada del Señor para juzgar el mundo con justicia. El salmista hace un llamado a toda la creación para cantar y gritar de gozo ante su venida.
ISAAC WATTS (1674-1748)
 
Isaac Watts es reconocido como el “padre de la himnología inglesa”. Sus más de 750 himnos acreditados fueron traducidos a varios idiomas y aun hoy en día sus melodías inundan los templos cristianos. En su escuela local aprendió latín, griego y hebreo, y exhibió una propensión especial hacia la rima. Watt, de espíritu inquieto, inteligente y analítico, se destacó en sus estudios. Sin embargo, no pudo completarlos debido a la manifiesta disidencia de su padre con respecto a la Iglesia Oficial. Su educación lo condujo al pastorado de una gran capilla en Londres.
 
Trabajó como profesor privado y aunque en disidencia y habitualmente descalificado por la curia oficial, nunca dejó de proclamar sus ideas. Además de poeta, Isaac Watts fue un renombrado teólogo y filósofo, autor de numerosos tratados, muchos de los cuales pasaron a ser parte de la bibliografía obligada en las principales universidades británicas, aun en la actualidad.
 
A fines del siglo XVII muchas iglesias cristianas cantaban salmos bíblicos en versos. Generalmente la gente tenía poco conocimiento musical y era de ejercicio frecuente el "encajar a la fuerza" los versos de los salmos bíblicos en métrica y rima.
 
El resultado era un caos semi improvisado. Esto motivó al joven Isaac Watts cuando un domingo llegaba a casa después de la iglesia quejándose de lo pesado, lo monótono y sin vida que eran los himnos. En un momento de inspiración providencial su padre le retó diciendo: "¡No te quejes y escribe algo mejor!” Y eso hizo.
 
El domingo de la semana siguiente la congregación cantó un himno, "Mirad las Glorias del Cordero". Este vino a ser el primero de los 750 himnos que Watts compuso para la Iglesia. Sus himnarios más exitosos fueron "Himnos y Cantos Espirituales"(1707) y "Salmos de David"(1719). Algunas de sus letras se siguen cantando hoy en día como el tradicional canto navideño "Al mundo paz" o los himnos "Oh Dios Nuestra Ayuda en Tiempos Pasados", "¡Ay! ¿Sangró mi Salvador?" y "Yo Canto del Glorioso Poder de Dios" entre otros.
 
No podemos subestimar la influencia de Watts en el canto congregacional. Isaac sostenía que los cantos que debían cantarse en la iglesia debían estar basados en las Escrituras, pero "compuestos en forma libre". Watts creía que los salmos eran de gran valor para la adoración cristiana, pero que los mismos eran insuficientes para expresar la amplitud de la experiencia cristiana. La influencia de Watts en su tiempo fue dramática y ésta perdura pues si revisamos los himnarios de la iglesia 150 años después de su muerte, notaremos que en ese entonces el 40 por ciento de los cantos fueron escritos por Isaac Watts.
 
Hay buenas razones que indican el motivo por los que los himnos de Isaac Watts han perdurado. Escribió en un estilo muy simple. Sus letras tocaban y eran fáciles de entender tanto para eruditos como para personas sin educación. Estaba comprometido con la Verdad del Nuevo Testamento. "Siempre enfocaba su atención a la persona de Jesucristo y a Su Obra y no le bastaba hablar en términos generales de Dios y Su Misericordia". Sus himnos asombran y maravillan.
 
“AL MUNDO PAZ, NACIÓ JESÚS”
 
Isaac Watts lo escribió basado en el texto de la segunda parte del Salmo 98, que celebra la llegada del Señor para juzgar el mundo con justicia. El salmista hace un llamado a toda la creación para cantar y gritar de gozo ante su venida. No hay nada en este salmo o en la paráfrasis de Watts que mencione específicamente el nacimiento de Cristo, solo el regreso del Señor para juicio.
 
Este himno celebra el involucramiento de Dios con su pueblo, y ese trabajo de Dios comenzó en un establo de Belén. En navidad necesitamos visión bifocal. Tenemos que mirar hacia atrás y alabar a Dios por el regalo precioso de su Hijo Jesús. Pero también tenemos que mirar hacia el regreso de Cristo, cuando Dios llevará todas las cosas a una justa conclusión. Solo entonces comenzaremos realmente a disfrutar de “su amor y su poder” por toda la eternidad.
 
¡AL MUNDO PAZ, NACIÓ JESÚS!
 
¡Al mundo paz, nació Jesús!
nació ya nuestro Rey;
el corazón ya tiene luz,
y paz su santa grey,
y paz su santa grey,
y paz, y paz su santa grey.
 
¡Al mundo paz, el Salvador
en tierra reinará!
ya es feliz el pecador,
Jesús perdón le da,
Jesús perdón le da,
Jesús, Jesús perdón le da.
 
Al mundo Él gobernará
con gracia y con poder;
a las naciones probará
Su amor y Su poder,
Su amor y Su poder,
Su amor, Su amor y Su poder.

Todos te buscan

Todos te buscan
“Y hallándole dijeron: Todos te buscan”, Marcos 1:37. Ningún personaje de la historia de la humanidad ha sido buscado como Jesús de Nazaret.
Le buscó un rey para matarlo; un gobernador, para justificarse ante César y los judíos; los religiosos, para detenerlo; Judas, para traicionarlo; Satanás, para tentarlo; el populacho, para pedir su ejecución; José de Arimatea, para sepultarlo; los ángeles, para servirle; los fieles agradecidos, para seguirle y adorarle; los ejércitos celestiales, para celebrar el triunfo de su muerte y resurrección.
 
Han pasado veintiuno siglos y todavía podemos decir a Jesús: TODOS TE BUSCAN. Y en la intención de los que le buscan están la bendición o el tropiezo.
 
Dos premios Nobel de literatura concedida a escritores soviéticos, a Pasternak en 1958 y a Soljenitsin en 1971 tratan sobre Cristo directa e indirectamente. En muchos años de ateísmo oficial, los rusos le siguen buscando.
 
Los poetas todavía le buscan como un adorno, una elevada verdad o un sueño de perfección o idealismo.
 
Los músicos, para despertar interés y sentimiento en sus canciones y óperas. Los títulos actuales son numerosos.
 
Los directores de cine le siguen viendo como un personaje de interés con muchas facetas interesantes por descubrir.
 
Los políticos, para usarlo como un reclamo para cazar y conquistar las multitudes. Fidel Castro en Cuba comenzó hablando de Cristo en muchos de sus discursos.
 
Los negociantes, fabricando sus imágenes de barro, oro, plata, madera, etc. para negociar con Él.
 
Los ateos, para atacarle, y algunos se han hecho famosos a cuenta de combatir a Jesús.
 
Muchos siglos antes de venir al mundo los patriarcas lo buscaban en sus primogénitos como una sombra de bendición indefinida.
Los profetas lo buscaban en sus revelaciones y lo advertían en sus prédicas. Uno de ellos, Hageo, dijo acerca de Él: “Haré temblar a todas las naciones y vendrá el Deseado de todas las naciones”.
 
Le buscaron los magos del oriente guiados por señales sobrenaturales.
 
Le buscaron los esbirros de Herodes para eliminarlo como posible sustituto del trono.
 
Le buscaron los enfermos para ser sanados.
 
Le buscaban los demonios para ver si podían confundirlo. Le llamaban Hijo del Altísimo, y otras veces quedaban mudos para esconder su identidad.
 
Le buscaban los escribas y fariseos para contradecirle y acusarle.
 
Le buscaban los saduceos para hacerle preguntas capciosas, como aquella sobre la resurrección.
 
Le buscaban los griegos para verle, atraídos por su sabiduría.
 
Le buscaban los ricos para solicitar de Él la riqueza espiritual.
 
Le buscaban los desposeídos para hacerlo Rey, sabiendo que multiplicaba los panes y los peces.
 
Le buscaban las madres pidiendo misericordia para sus hijos.
 
Le buscaban los doctores de la ley para comparar las leyes antiguas con la ley del amor que Jesús encarnaba.
 
Le buscaban los niños para ser bendecidos por Él.
 
Le buscaban los hermanos pensando que estaba fuera de sí.
 
Le buscaban los discípulos de Juan para confirmar si era Él, el que había de venir.
 
Un periodista norteamericano dijo que Jesús está de moda, pero la realidad es otra, las modas pasan, pero sabemos que Jesús no pasará.
 
Señor todos te buscan, ¿dónde estás? Sí, lo sabemos, estás cerca y dentro del corazón contrito y humillado de los que procuran con la sencillez de los niños o con lágrimas como María; de los que tanto te anhelan que llegan a confundirse contigo; de los que siguiendo tu Palabra han experimentado el nuevo nacimiento necesario para entrar en tu reino.